Historia

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Cal Carrero se remonta a 1926 cuando Bernardino Ortí Marc construye una casa típica de labradores de la época.

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El maestro de obra "Pepe el de Ca Corneta" agregó una fragua y ciertas características arquitectónicas para poder instalar un taller de carros.

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El Carrero entra en el gremio, en un taller vecino de Paiporta, donde aprende las bases necesarias para emprender un negocio que se mantiene cerca de cuatro décadas vendiendo carros en toda València, Castilla, Aragón y País Vasco.

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En 1953, se realiza una ampliación de la casa, se añade una cubierta para almacén y espacio para la familia. Con la llegada del automóvil, Cal Carrero se ve obligado a reinventarse y la segunda generación se sirve de la casa para convertirse en despensa de la huerta circundante. Almacén de grano, materiales agrícolas y alimentación conviven con una casa de comidas y un estanco.

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En la era, arroz, naranjas, algarrobas y almendras se mezclan con el olor a tabaco. En esta época, las cebolleras y acequias eran el mejor patio de juegos.

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El trabajo en el campo hacen de Cal Carrero un espacio donde el paso del tiempo lo marcan las cosechas. La tercera generación amplia la tierra cultivada y el ahinco en su trabajo.

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Ya en 2010, la cuarta generación vuelve a ocupar la casa y comienza la rehabilitación y adaptacion al presente. Hoy, casi un siglo después y al igual que entonces es Bernardino Ortí quien se adentra en los cimientos de esta casa reviviendo el legado de ese hacedor de carros.